Transformamos las dinámicas colectivas y proponemos sostener un ritmo que nos permita estar bien. El cuidado de las personas y de la Colectiva son un filtro para la toma de decisiones.
Hemos ido creando nuestros propios recursos y acuerdos sobre cuidados colectivos que se van nutriendo de nuestras experiencias individuales y colectivas, De esta forma nos aseguramos de escucharnos para tener miradas distintas y plantear límites cuando es necesario.
Si todas nos sentimos bien, podemos seguir participando. Debemos buscar el equilibrio entre el cuidado personal y el colectivo, de manera que todas tengan la misma oportunidad de experimentar el bienestar.
Hay prácticas que han sido clave para respetarnos y asegurar nuestro bienestar: estamos abiertas a hacer las adaptaciones metodológicas que se necesiten para estar bien, abrazamos las pausas necesarias para cuidarnos, coordinamos responsabilidades y delegamos tareas, pero también revisamos los tiempos y limitamos horarios para priorizar nuestro cuidado.
Queremos entender el cuidado colectivo como una práctica integral que nos reconoce humanas y resilientes. Estamos abiertas a dialogar sobre los cuidados y a incorporar prácticas de manera transversal porque las relaciones y el bienestar son importantes en la Colectiva.